Continuamos con nuestro esfuerzo de poder traer distintos testimonios de aquellos que mejor conocen al nuevo Padre General. Desde su elección, el pasado viernes, son muchas las conversaciones en las que nos hemos podido asomar al perfil del P. Arturo Sosa. Hoy traemos a nuestra web algunos de estos testimonios que rescatan distintas facetas del P. Sosa. Agradecemos al Socio de la provincia Venezolana, el P. Francisco Javier Duplá, que nos mandó información de primera mano del archivo de la provincia, de cuando el nuevo general estaba aun en Venezuela.
Jorge Cela, SJ es el presidente de la conferencia Latinoamericana de Provinciales, y cuenta con una larga amistad y experiencia de trabajo con el P. Sosa. “La historia de Arturo nos dice que es un hombre todo terreno. Su cualidad más evidente es su don de gentes, su capacidad de relación. Creo que lo elegimos también porque es un estratega, su formación en ciencias políticas y su capacidad, le da esa visión estratégica que va más allá de lo inmediato, capaz de penetrar en la realidad y descubrir sus posibilidades y construir con todos, haciendo consensos, caminos nuevos.” Para Jorge la misión de la Compañía de Jesús no es la misión de un hombre, ni siquiera es la misión de los jesuitas, es una misión mucho más grande, que es muy compartida, y esta visión es uno de los puntos más fuertes del nuevo Padre General.
Su provincial, el Padre Arturo Peraza, ha escrito un artículo en esta web resumiendo su visión del Padre General. En sus propias palabras, “Él me enseñó a mirar a Dios en los ojos de los pobres, en la seriedad de los análisis para comprender la realidad que nos rodeaba, para mirar en la historia del país un modo de entender nuestro presente y los caminos de futuro.” En previas conversaciones le define como “un jesuita con gran capacidad de escucha y decisión. Es un hombre acostumbrado a trabajar situaciones complejas manejándolas con paz. (…) El trabajo desarrollado en la zona de frontera colombo-venezolana es de suyo complejo por la diversidad de tareas implicadas (sociales, académicas, pastorales, educativas, etc.) y en todas se desenvuelve bien. Es capaz de tener una amplia visión, partiendo de los cambios sociales e intelectuales que se están dando en el mundo de hoy.” También desde Venezuela nos habla el P. Dizzi Perales, SJ para el que “Arturo es uno de los jesuitas por los que siento gran admiración. Considero que es una persona excelente, siempre está atento a la dinámica de la comunidad, de la misión universitaria, del país, de la Compañía Universal. Es capaz de atender a la cotidianidad y a los proyectos de gran escala, siempre unido a Jesús.”
Luis Ugalde, SJ, compañero jesuita español que ha pasado más de 60 años en Venezuela resalta dos aspectos de su personalidad: su gran apertura y que haya realizado actividades en sectores muy diversos. “En primer lugar destacaría que es sumamente abierto, de trato fácil, cordial. Tiene muy buena formación (…), la etapa de Magisterio la hizo en una red grande de cooperativas trabajando con los campesinos. Allí vio a la sociedad desde los pobres. Y por otro lado fue director del centro Social y después le tocó ser rector de una universidad católica.” Uno de sus compañeros venezolanos que ha compartido comunidad con el P. Sosa durante 8 años, el P. Jesús Rodríguez, SJ nos dice: “estuve con él ocho años en la RAIF, una labor conjunta entre venezolanos y colombianos en la frontera, una zona difícil, calificada de Tierra de Misión. Él era rector de nuestra Universidad de Táchira y superior de nuestra comunidad. Nos animaba con una apertura increíble y mucha fe en las personas. Cree en la gente, incluso aunque le falle, escucha mucho, es cercano. Como el Papa no tiene miedo a abrazar y besar. Cree también en los laicos, las redes, y es muy chistoso. Para los jesuitas venezolanos ha sido siempre un referente. Goza de buena salud, aunque a veces se queja de ciática. Será un gran general y nos durará”.
María Alexandra Vásquez, colaboradora de la Compañía de Jesús en Venezuela, narra su experiencia de trabajo con el P. Arturo Sosa. “Me encontré con un hombre comprometido con las personas, defensor de los derechos humanos, sensible a la realidad sociopolítica del país, crítico y sirviendo de puente para generar relaciones entre jesuitas y laicos, fortaleciendo poco a poco un trabajo cada vez más mano a mano entre laicos y religiosos, con una especial atención a la proximidad entre todos, con conocimiento de cada actividad, con implicación total, a pesar de la diversidad de caracteres, personalidades, edades, disciplinas y misiones. Sembró el cariño entre todos los que trabajábamos para la Compañía de Jesús. Transmisor de fuerza y acompañante en momentos políticos complejos, exigentes, de mucha tensión social en Venezuela, colocando a la persona como centro de toda atención, con sus saberes y haberes“.
En los pasillos de la curia, varios miembros del equipo que ayuda en la organización de la Congregación General expresaban su alegría, coincidiendo en el estilo cercano a la gente que tiene el nuevo General. Otros comentaban que es una persona que puede aportar mucho como intelectual; y que a la vez es un hombre práctico, prueba de ello que es que fue elegido para encargarse de la logística de la Congregación.