Cuando uno echa un vistazo al aula de la Congregación General o comparte comidas estos días en la Curia, todo parece bastante ordinario. Al menos a primera vista. Lo que uno ve es un grupo de Jesuitas – hermanos y sacerdotes – sonriendo, bromeando, comiendo, conversando, rezando. Todo el mundo viste de forma sencilla – aunque no estaría de más que alguno comprase alguna camisa nueva – con una mezcla de estilos carente de uniformidad excepto para ocasiones especiales. A San ignacio le encantaría.
Pero cuando uno tiene la ocasión de conocer a las personas y sus historias, lo que se percibe es diferente, de hecho es bastante sorprendente e inspirador
Ahí tienes a Francisco de Roux, de Colombia, implicado en las negociaciones de paz entre los rebeldes y el gobierno. Ahí está José Minaku, provincial de África Central. Su territorio, tan rico en tradiciones, por no hablar de riqueza mineral, lleva años en pleno conflicto en la región del Kivu, cerca de Ruanda y Burundi. Dany Younes es el Provincial de Oriente Próximo, su provincia incluye Siria, Turquía y Líbano. Tiene que acompañar y apoyar a su gente mientras continúa la guerra en Siria, inestabilidad en Turquía y van llegando al Líbano más de un millón de refugiados. Uno de los jesuitas de su provincia, Frans van der Lugt, fue asesinado en Homs hace 18 meses. También puedes encontrarte con Jean Baptiste Ganza, Superior Regional de Ruanda-Burundi, que perdió a la mayor parte de su familia en el genocidio de 1994 y que está ayudando a construir una nueva región jesuita sobre principios de reconciliación y mutuo entendimiento. Ahí está también el jesuita Koreano In-don Oh. La primera vez que nos vimos fue hace unos años en Phnom Penh, Camboya, país que ha sufrido tanto bajo Pol Pot. Otro compañero es Tony Corcoran, Superior de la Región de Rusia y Ucrania, donde una tortuosa guerra aún continúa. Hung Pham, de la Provincia Sureña de Estados Unidos, es hijo de refugiados de Vietnam que salieron de su país en los 70’s como boat people. También está entre nosotros el Superior Regional de Nepal – Boniface Tigga – cuyo país está aún asentándose tras el terrible terremoto el año pasado. Y está también el nuevo General, Arturo Sosa, un experto en Ciencias Políticas que ha trabajado durante años en las fronteras políticas de Venezuela y ahora ha llegado para llevar la Compañía de Jesús a nuevas fronteras.
Todos estos hombres representan ministerios de fronteras. Fronteras donde los jesuitas están, de alguna forma, en casa. Donde pueden ser creativos, pueden expresar afecto, pueden servir y hasta dar la vida, si es necesario. Y lo que es más impresionante es que no son compañeros especiales. Representan miles de jesuitas que, en la vida ordinaria, están trabajando silenciosamente mientras nosotros aquí hablamos, compartimos, rezamos, soñamos… e imaginamos nuevas formas de servir al lado de Jesús mientras él, hoy, sigue curando y liberando a la gente.
Finalmente, tenemos el rostro de frontera más reconocido, el propio Papa Francisco. Él próximamente nos hablará a la Congregación desde su perspectiva de las fronteras de la Iglesia. ¿Qué nos dirá? ¿Qué direcciones nos indicará? Algo seguro es que nos mantendrá en movimiento, nos empujará hacia delante y nos indicará nuevos retos… Todos lo estamos esperando con enormes ganas.